domingo, 29 de julio de 2007

qué difícil es comprar un libro

Claro, en uno de esos grandes supermercados donde un libro es un producto más… bueno, ¿pero esto no tendría que hacerlo más sencillo?, no sé. La cuestión es que cuando joven cajero hizo pasar el libro por el cosito ese de las luz roja, el aparato no lo reconoció. Había un problema con el código. Entonces me dijo que esperase un momento a que llegase alguien a quien él llamó encendiendo el titileo de su habitáculo. Pero viendo yo, que nadie acudía, y que mientras el joven cajero seguía atendiendo otros clientes, sintiéndome yo así “al margen”, decidí ir personalmente en busca de quien solucionase este inconveniente. En la sección libros, otro joven muchacho, me dio la solución, buscamos otro libro del mismo precio, lo hacemos pasar a ese pero te llevas este otro. Ok, siguiente problema: no había otro libro del mismo precio. $4. eee si bueno, aparentemente existen elementos culturales como “botánica del caos” de Ana María Shua cuyo desvalorizado precio, en fin, me favorecen. Por lo que dije: “hagamos pasar este otro”. $6.50. Me miró el muchacho. Buscó un poco más aquí y allá y dijo bueno. Fuimos a la caja, esta vez de una joven dama. El muchacho le indicó el procedimiento, en eso llegó otra dama de aparente jerarquía la que aprobó la operación. Se fueron los superiores. La cajera me miró, miró los libros y me dijo. “este libro es de mayor importe”. “sí”, le dije, “no importa”. Tan extraño podía resultar que alguien quisiera pagar un poco más por algo. $2.50. la muchacha buscó en su aparato unos precios, “aquí hay algo de cinco pesos, dijo que podía ser cualquier cosa, que no?” “sí”. Después de cuarenta minutos me fui con mi libro sobrevalorado.

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