Estaba sentado el otro día, pensando en los lagartos y me acordé de la sierramorena que se me subió una vez. Hay! el mieditocagazo que meagarrao. Estaba trepado a una escalera haciendo no sé que cosa cuando la veo. Prendada a mi pecho, subiendo, agigantándose, convertida en ser humano; o en humano ser, casi. ¡A la mierda! La saqué de un manotazo. El bicho se perdió entre unos escombros. Los escombros existenciales de la vida pensé. Y quedé palpitando el sabor de su muerdepicaduralabial. A dónde vas? A dónde te has ido corazón? Así son los lagartos, sentado pensando pensé. Se convierten en humanos, o en humanoscasiser para treparse a tu cuello y extraer el agua de tu sangre. A ellos, lo único que les interesa es el agua de tu sangre, el agua de tu sangre, el agua de tu sangre…
viernes, 29 de junio de 2007
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